¿Qué es SECD?

La Ciencia del Desarrollo Infantil Temprano, o en inglés “Science of Early Childhood Development” (SECD) es una iniciativa de movilización de conocimiento que se desprende de las investigaciones vinculadas con diferentes experiencias que ocurren en los primeros años de vida y su impacto en la salud, en el bienestar mental y físico, en el desarrollo y en el aprendizaje a lo largo del ciclo vital.

En la actualidad, existen evidencias científicas suficientes que sirven de base para la mejora de los programas de atención, estimulación, educación e intervención en la infancia. Pese a eso, aún falta mucho por avanzar en cobertura y calidad de estos programas, pero principalmente, en la formación de los profesionales que están involucrados. Para esto, es necesario trabajar en la traducción de la investigación, haciendo más amigable la neurociencia y las ciencias afines que estudian el proceso de desarrollo infantil, lo que ayudará en gran medida, a remover las barreras y quitar los nudos críticos que no permiten que la educación infantil temprana se desarrolle y florezca.

Para mejorar la calidad de la educación temprana, es inminente que el conocimiento esté al alcance tanto de los profesionales vinculados con la infancia, como de los diferentes actores de la sociedad, principalmente los que tienen incidencia en las políticas públicas, en los diseños de programas para la infancia, permitiendo que se cierre la brecha de desigualdad y promueva las oportunidades para todos, principalmente para los niños y niñas menos favorecidos.

En este espacio, compartiremos conocimiento importante que dará soporte a la construcción de una nueva generación de padres y de educadores que marcarán positivamente la vida de miles de niños y niñas, hoy aquí y ahora.


Conceptos Básicos


1. Las investigaciones en neurociencia sugieren que tanto las funciones ejecutivas como la autorregulación juegan un papel crucial en el aprendizaje, en el comportamiento y en la salud, alcanzando disminuir el impacto de los efectos de la adversidad de experiencias vividas en temprana edad. En nuestros estudios estamos interesados en demostrar el real impacto del entrenamiento de las funciones ejecutivas y la autorregulación en las respuestas emocionales, en la atención ejecutiva, en la memoria de trabajo, en el control de impulsos, mejorando así aspectos centrales del aprendizaje.



2. Durante los primeros años de vida, el cerebro es altamente plástico y sensible a los estímulos provenientes de las experiencias y, por ello, la arquitectura cerebral será altamente influenciada por la calidad de las experiencias con el medio, los objetos que lo componen, los insumos básicos del desarrollo y, principalmente, por las personas que interactúan con los niños y niñas.



3. Experiencias que generan un determinado tipo de estrés, conocido como estrés tóxico, pueden afectar la construcción inicial del cerebro, ya que este es tan sensible al medio en los primeros años de vida. Las experiencias desfavorables durante los primeros años de vida - como la violencia familiar, la negligencia, el abuso, el maltrato, drogadicción en la familia, o la depresión de los padres- pueden generar este tipo de estrés tóxico, y finalmente, influenciar negativamente en la salud física, en la salud mental, en el aprendizaje, en el desarrollo de habilidades y en el comportamiento.



4. Un adecuado crecimiento y desarrollo exige condiciones óptimas de salud, de alimentación, de sueño, de protección y de cuidado. Es tarea de toda la comunidad crear entornos saludables, protectores y con recursos e insumos básicos y necesarios en la infancia, etapa en que el cerebro es muy sensible a los diversos factores que afectan al cuerpo como un todo.



5. En la primera infancia vemos el despertar de las seis dimensiones básicas del desarrollo humano: sensorial, motora, emocional, social, moral y cognitiva. Aunque existan mecanismos celulares, redes y sistemas que construyen estas dimensiones y sus respectivas habilidades, ellas están intrínsecamente relacionadas y se apoyan durante toda la vida para generar las competencias que nos identifican como seres humanos. Es imprescindible tener en mente estas seis dimensiones al construir las experiencias y espacios de aprendizaje durante los primeros años de vida, ya que estas dejarán huellas indelebles en la vida de nuestros niños y niñas.


Muy pronto… Más información y formación...